sábado, junio 28, 2008


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Veo a través de la cúpula
Vigilar a los ejércitos
Su cabellera
En el Azul
La estela de un Ser Homocéntrico
Una constelación de estrellas binarias
Y un pulsar
Cantan
La gloria
Del Amor
Y la Ciencia
Nuestra Rosa
Me permite elucidar
En el Tiempo Inmemorial
El Instante Primero.

De Los nombres del agua (Trux., 2005)

miércoles, junio 25, 2008




Necesito sacarme una nota excelente.

El profesor me pone cero cinco sin considerar que he llorado toda la noche pensando en la angustia que siento en mi pecho.

Lo miro fijamente, araño su alma con mi risa sarcástica. Es la soledad que sangra entre mis piernas rojas de flor… la vida es sólo valoraciones, notas, competitividad, mercado libre… pero no hay libertad ni valor. Mi corazón se saca cero cinco, todos los días, todas las noches. No puedo aprobar el sentido de la vida.

Me encierro en el ciberespacio, navego como una loca 400 minutos sin parar, estudio hasta matar mi ganas de jugar... y no hallo en ningún blog el sentido de mi vida.

Nadie ha escrito nada sobre mí, sobre mi historia, sobre mis ganas de vivir, cada tarde, al salir, al regresar a casa.


Natali Armas (Cax., 2006)






Hoy estuve recordándote
Camino a la librería
El tiempo se detuvo un momento
En una pequeña fuente de soda
Pedí una Pepsi
–Hace mucho no experimentaba su sabor–
El mundo se sintió menos aburrido
Y coca-cola
En el camino.




martes, junio 24, 2008







El bosque

De la Rosa

No tiene Centro

Sólo . Amor







De Los nombres del agua (Trux., 2005)

lunes, junio 23, 2008




Pide un deseo
O no lo pidas
Da sin esperar
Porque nuestro fin
Cuando el mundo sea Real
Será nuestro Alimento.





De Los nombres del agua (Trux., 2005)





De pie
Sobre un cúmulo de bestias



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Adoramos a los montes
A las gotas de vino en la quebrada
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Escuchamos
A las gemas llamar
Evocando la voz del Señor
A la flama de nuestro Corazón
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Era el Sol generándose
La Noche
El testimonio del extravío universal
Silencio




Y al despertar del mortal Orden Social
Danzamos
La Muelle Melodía de Tu Ser



Generosos y sublimes los Hermanos
Sonrieron en torno a la irrevocable orden de su Padre
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Abrimos las tapias del Señor
Y en su mirada descubrimos un anhelo de luz

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Summa de los símbolos de tu falso dios

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En la humedad de sus ojos
Acaecía gratitud y abundancia sin igual
Un pequeño árbol azul
Gélido
A punto de extinguirse en el interior de su pecho
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Bello tapiz de niños color infinito:
Los astros derramaron licor sobre la almohada de Ella




En su mirada
Un puñado de alhajas ascendían al Sol
Encadenándose
Al Lenguaje
De su Cuerpo.





De Los nombres del agua (Trux., 2005)

domingo, junio 22, 2008







Dejemos fluir en una página
La sensación de la esfera que vuelve a ser nada












Que el diálogo resultante entre nuestros corazones
Sea la secuencia de palabras que dejan de ser mensajes dentro de los dedos










Palpitaciones o intermitencias
Perturbaciones o recuerdos intensos





El corazón no entiende de dictaduras y sometimientos

Somos la suprema consciencia de lo que nos habla en silencio

¿Qué soñamos sino la bestial naturaleza de Dios?

El horizonte deshace las velas
Los botes
Las aves que llegan
A escuchar de su boca los prodigios

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Este lugar nos da tanto de sí que no podríamos dejar de sentir
Ni de querer
Si al final hemos de nacer para cuidar de Ella
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Sagrada sea la carne y la punta que sangra
La secuencia de los pétalos que componen
Gota a gota
La parábola del amor
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Las vidas caen del sol e integran la inefable muralla que divide su luz

Cada gota de luz es mar
Giro
(El Sol no se oculta)
Un lugar
El rumor de la arena llega trémulo hasta aquí
A sólo un paso de la eternidad.

De Los nombres del agua (Trux., 2005)

sábado, junio 21, 2008





nuncatrabajar

Excelente verbo.








jueves, junio 19, 2008





psiquecorposis(1)




'... E caddi como corpo morto cade'
La Divina Comedia, Dante Aliguieri

'I'm a man who will figh four your honor...'
Glory of love, Peter Cetera

'Sailors fighting in the dance hall'
Life on mars, David Bowie






Siempre dudé de todo pensamiento, credo o ideología que desdeñara la trascendencia de algún tipo de deporte, fuera el fútbol o el ajedrez, en la vida de los seres humanos. Muchos hombres sabios, Borges por ejemplo, cayeron en una intolerancia irreproducible en este aspecto. El odiaba el fútbol con irracional partidismo, y lo expresó con todos los puntos sobre las ies.
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Borges debió haber perdido por goleada en algún momento, pienso. Recuerdo haberme alucinado con sus relatos; lo imaginaba el héroe de Las ruinas circulares, bramando contra los peligros de una selva dantesca y de su propio hado enrevesado. Era la segunda mitad de los años ochentas cuando comenzó a definirse mi afán por el universo de los libros. Había leído sin mucho interés a un tal César Vallejo, que me inquietaba por su leyenda urbana, muy difundida y acostumbrada en los coloquios de café literario de nuestra ciudad. Tiempo después entendería que no se trataba de un mito, sino de un verdadero príncipe humano. Y bueno, también había leído la poesía de Borges.
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Aún no leía con asuidad, pero ya había ensayado una novela de aventuras. Tenía doce años cuando la colección Multiaventura, de editorial Ingelek, arrobó mi corazón; debía retribuir las horas de emoción continua que me dio esa serie redactando mi propia multi-aventura, la que decoré con filigranas e ilustraciones inspiradas en borgesianos parajes, reflejos, espejos enfrentados, donde la amistad era una especie de perla o quaedam admirabilis res (2) que permanecía, a pesar de todo, in illo tempore.
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Poco después la novela desapareció inconclusa, misteriosamente, pero ello es parte de otra historia, y del Caos.
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Algunas veces, como hoy, rememoro el tiempo pasado. Solía ir al cine -recuerdo-, al Perú en especial, que hoy es Saga Falabella. Entre amigos encontrábamos pretextos para reunirnos, ensayar historias en diferentes recintos, y de algún modo jugar porque el objetivo común era disfrutar la trayectoria, el paseo, fuera por el lobby del cine o por los jirones del centro.
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En una de esas tantas reuniones, en casa de Juancarlos, conocí a un tal Paolo que apellidaba Guerrero (3). La tía Coty nos agazajaba con sus excelentes y deliciosos postres y nosotros sólo nos dedicábamos a ser bellos y a degustar con fruición sus delicados potajes. Cuando nadie nos veía, sustraíamos una botella del mejor tinto del padre de Juancarlos y con él asentábamos el pastel de chocolate, y luego poníamos los discos de AC/DC o de Indochina.



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No conocí profundamente a Paolo, pero lo recuerdo de aquel tiempo.

La famosa diatriba borgesiana El fútbol es popular porque la estupidez es popular ya había sido popularizada. Increible. Recuerdo haberla leído en alguna revista o magazín de la época. Mi reacción fue de sorpresa, porque no entendía la relación entre el fútbol y la estupidez. ¿Alguien la entiende? Todo un discurso. Tiempo después, leería en una crónica local lo siguiente 'La idea que haya uno que gane y que el otro pierda me parece esencialmente desagradable. Hay una idea de supremacía, de poder, que me parece horrible'. Horrible. Borges nunca fue tan poco lúdico en sus declaraciones. ¿Será el excesivo culto a la juventud, herencia helénica, lo que en realidad le molestaba?
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Nunca olvidaré esas palabras. El tiempo pasa, lo sé, y las palabras continúan su viaje, sempiternas, a través del universo o los universos. Lamentablemente, sus versos, a partir de ahora (en especial el hermoso dedicado al vino (4)), no volverán a ser los mismos.

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(1) Enfermedad incurable.

(2) Cosa admirable, San Tomás de Aquino

(3) Paolo, Juan, Leao, Ñol, Rainer, Santiago, 'Foquita', chicos todos, hinchas: levanten la cabeza. Cada día ganamos más que cualquier otro equipo (y nadie lo advierte): más deseo, más anhelos, cada vez más fuertes. Hay mucho por hacer, ¿no? Con ustedes, hasta el fin.
(4) 'El vino fluye rojo a lo largo de las generaciones/Como el río del tiempo...'


martes, junio 17, 2008




El joven soldado San Martín


Soñó un cielo


Desde entonces


Mientras se es joven


Los colores del cielo son rojo y blanco

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sábado, junio 14, 2008




יהזה


aló?

viernes, junio 13, 2008


trux*


Maju Mantilla cena con Su Acompañante. Ambos se comtemplan mientras sorben -delectándose- el consomé de la carta. No diferenciamos si es translúcido o imaginario. Su Acompañante luce a la izquiera de la imagen y Maju a la derecha. No se dicen nada. Sus ojos sólo reflejan la luz. Porque la-belleza-es proporcional-a-la-fuerza-del-deseo. Detrás de ellos, hacia el fondo, se ve la calle y su elan vital. La escena dura cuatro minutos veinte.
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(*) Guión de videoclip instrumental, de El apolo azul.
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miércoles, junio 11, 2008






Asapuente*


'Por un momento tuve la impresión de que todo no había sido más que un engaño de la hora, de la soledad, de la neblina. Un espejismo, se podría decir, si espejismos hubiera en las noches invernales de esta costa.' (De Diadema de Luciérnagas, Edgardo Rivera Martínez)
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Los celadores se acercan al foso. Sus negras siluetas recortan la luz anaranjada del sol en poniente. Una ráfaga de polvo eclipsa la visibilidad. Ha llegado la hora.

Los reos son obligados violentamente a salir, apenas pueden oponer fuerza, resistirse al sometimiento. Son conducidos hacia el centro del patio ceremonial. Ellos serían el ofertorio, lo sabían. Afuera, las diferentes castas del pueblo moche esperan en un mutis reverente.

Una sacerdotisa articula su discurso a la diestra del Gran Señor. Cuatro de los generales más destacados de la nación entran en escena. Dos de ellos lucen magullados, transpirando, jadeando un poco pero dispuestos firmemente frente a los otros dos guerreros, que lucen extrañamente serenos y confiados en obtener la victoria.

De pronto, la lucha inicia. El bramido de los golpes retumba en los sólidos muros de barro. Afuera, la ciudad entera permanece silenciosa. Los guerreros luchan sin darse tregua un solo instante. De repente, uno de ellos cae, un certero golpe le destapa el cráneo. La derrota del otro es inminente, finalmente es reducido.

Los dos guerreros vencedores lo conducen frente al estrado del Gran Señor. Luce abatido, pero en todo momento en actitud honorable. El Gran Señor observa la escena, impasible. Una lágrima se desliza lavando la pintura de su rostro. Nadie, excepto el General Vencido, advierte el detalle. Sonríe apaciblemente, resignado, casi sin fuerzas.

El General Vencedor lo despoja de los símbolos, su tocado, el vestido, mientras un grupo de soldados desnudos atados uno tras otro entra en escena. Un celador los conduce hacia el centro del patio, junto a su general, que yace arrodillado, tenso, esperando el momento oportuno para liberarse de sus verdugos.

Dos celadores transportan el tocado y el cuchillo litúrgico para el vencedor.

De pronto, el General Vencido logra liberarse. Con un ágil movimiento pudo rodar hacia su tocado y con él cercenar la garganta del guerrero amanuence.

El General Vencedor reacciona subiéndose a la plataforma del Gran Señor. Toma el cuchillo ceremonial y se lanza otra vez contra el General Vencido. El General Vencido aprovecha la torpe arremetida del General Vencedor y desvía la trayectoria del brazo y de la mano incrustándole el cuchillo en el pecho. El General Vencedor, ahora vencido, se desploma de rodillas, sin vida. El General Vencido, ahora vencedor, toma el cabello del general muerto y le corta un mechón. Finalmente le cercena el cuello. La sangre mana como una fuente.

La sacerdotiza le entrega la copa ceremonial. El General Vencedor se sirve en actitud reverente. Entrega la copa al Gran Señor. El Gran Señor, de pie, bebe haciendo una reverencia y musitando una frase con dirección al Sol, que se oculta en el horizonte. Finalmente devuelve la copa ceremonial al General Vencedor, que también bebe, cerrando de esta manera el círculo de Solsticio.

Los soldados del General Vencedor fueron liberados y los del vencido se entregaron voluntariamente. Bajo la luz de la Luna, sus sombras se verían rodar desde la cima del Gran Blanco hacia la roca del Centro Ceremonial.

El pueblo entero celebra en el centro de la ciudad. En su celda, el Gran Señor se muda de vestimenta. En realidad se trata de la Gran Señora, la Señora de Cao. En ese momento, el General Vencedor irrumpe...

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(*) Fragmento de cortometraje. Con el soundtrack del grupo Nada.

miércoles, junio 04, 2008








la gesta del guerrero





'... Tus pies transitan/Abriendo huellas indelebles/Donde puede leerse la historia del mundo/Y el porvenir del universo/Y ese ligarse luminoso de mi vida/A tu existencia
César Moro





José Gabriel Condorcanqui sufrió más que Jesucristo, entendió Romualdo mucho antes de que Mel Gibson concibiese rodar un film sobre la pasión más grande de todas. Inmortalizó la gesta del noble mestizo incásico en un poema que las olas del olvido difícilmente podrían borrar incluso si quemáramos sus libros, porque la voz del poeta puede escribirse en piedra, y lo escrito durar lo que una piedra roturada.


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Romualdo, al escribir el poema, tomó en cuenta lo que muy pocos cronistas de la historia: la percepción del tiempo circular, rasgo fundamental del pensamiento del hombre arcaico (1). La gesta del guerrero santo -sabía Romualdo- fue originalmente un mito del primer formativo pre-inca, que encontró continuidad con la rebelión de José Gabriel Condorcanqui. El avatar de abandonar la casa del padre para obtener la iluminación espiritual recorriendo los valles interandinos, para finalmente regresar y restaurar -por intermedio del sacrificio- una condición socio-política dorada (2), reverberaba aún en la memoria de la república de principios del siglo veinte, y ello lo advirtió el poeta, dando un nuevo hálito al mito La gesta del guerrero, ante la necesidad de un paradigma moral purificador (3).




Algunos mitos, como el mito de Vichama (4), adquieren el estatus de arquetipo porque persisten en la psique, atados como el ave fénix a la eterna repetición de su ciclo alegórico. En todas las mitologías, incluyendo las leyendas de la tradición oral andina, los héroes, custodios de los intereses humanos, descienden en orden genético desde el Sol para asegurar la continuidad del orden natural.




Eros, el dios griego del amor, por ejemplo, era en esencia un concepto, un ser inmaterial, sin expresión en el mundo físico visible (Platón lo evidencia así en las disertaciones de El Banquete). Pero la mente del hombre evoluciona y en el proceso aprende cómo concretar sus anhelos en el espacio físico visible. Por eso, la imagen de Cristo, en muchas de sus estaciones (5), representa a Eros, pero hecho carne, realizado.




En su fisonomía, todos los mitos comparten ciertos patrones estéticos, a través de las diferentes tradiciones. La gesta de Túpac Amaru, por ejemplo, corresponde a la tradición moche -y también a la mesoamericana- del rito del guerrero que se desangra y santifica restaurando el tiempo, dando continuidad al círculo de las existencias. Condorcanqui representa esa leyenda casi con la misma retórica con que los moches representaron sus ritos. Romualdo entrevió esa relación, por eso usó verbos en futuro perfecto.




La importancia de la leyenda de Túpac Amaru en la tradición andina, es tal que bien podría haber una imago de él oculta -o más bien, protegida- tras el velo de alguna liturgia católica o pública de los andes.



Mad Max sufrió más que Túpac Amaru II, pienso, y no sé si Romualdo vio el film que inmortalizó al actor y luego director Mel Gibson, pero atestiguar la tortura y el asesinato de los hijos y la esposa, y finalmente padecer varias formas de tortura defendiendo una causa justa, definitivamente supera a cualquier mortificación que pueda padecer un ser humano, incluso uno tan divino.


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(1) Léase El mito del eterno retorno, de Mircea Eliade.
(2) Esta misma trayectoria, la transitan Rama, Krishna, Jesús, Moisés, Pitágoras, entre otros, en el interior de sus leyendas. Léase la obra de Edouard Schurè, Los grandes iniciados.
(3) El poema se encuentra en el poemario Edición Extraordinaria de Alejandro Romualdo, publicado en 1958.
(4) http://shuichitravels.blogspot.com/2007/06/el-mito-de-vichama.html
(5) 'Mi mandamiento es que os améis unos a otros, como Yo os he amado' (Juan 15: 12).
Nota: El autor de las pinturas al óleo que se interpolan con el texto es Beksinski, contemporáneo de Romualdo, quien -por cierto- fue hallado muerto exactamente de la misma manera que el autor de Canto Coral a Túpac Amaru.