jueves, junio 19, 2008





psiquecorposis(1)




'... E caddi como corpo morto cade'
La Divina Comedia, Dante Aliguieri

'I'm a man who will figh four your honor...'
Glory of love, Peter Cetera

'Sailors fighting in the dance hall'
Life on mars, David Bowie






Siempre dudé de todo pensamiento, credo o ideología que desdeñara la trascendencia de algún tipo de deporte, fuera el fútbol o el ajedrez, en la vida de los seres humanos. Muchos hombres sabios, Borges por ejemplo, cayeron en una intolerancia irreproducible en este aspecto. El odiaba el fútbol con irracional partidismo, y lo expresó con todos los puntos sobre las ies.
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Borges debió haber perdido por goleada en algún momento, pienso. Recuerdo haberme alucinado con sus relatos; lo imaginaba el héroe de Las ruinas circulares, bramando contra los peligros de una selva dantesca y de su propio hado enrevesado. Era la segunda mitad de los años ochentas cuando comenzó a definirse mi afán por el universo de los libros. Había leído sin mucho interés a un tal César Vallejo, que me inquietaba por su leyenda urbana, muy difundida y acostumbrada en los coloquios de café literario de nuestra ciudad. Tiempo después entendería que no se trataba de un mito, sino de un verdadero príncipe humano. Y bueno, también había leído la poesía de Borges.
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Aún no leía con asuidad, pero ya había ensayado una novela de aventuras. Tenía doce años cuando la colección Multiaventura, de editorial Ingelek, arrobó mi corazón; debía retribuir las horas de emoción continua que me dio esa serie redactando mi propia multi-aventura, la que decoré con filigranas e ilustraciones inspiradas en borgesianos parajes, reflejos, espejos enfrentados, donde la amistad era una especie de perla o quaedam admirabilis res (2) que permanecía, a pesar de todo, in illo tempore.
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Poco después la novela desapareció inconclusa, misteriosamente, pero ello es parte de otra historia, y del Caos.
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Algunas veces, como hoy, rememoro el tiempo pasado. Solía ir al cine -recuerdo-, al Perú en especial, que hoy es Saga Falabella. Entre amigos encontrábamos pretextos para reunirnos, ensayar historias en diferentes recintos, y de algún modo jugar porque el objetivo común era disfrutar la trayectoria, el paseo, fuera por el lobby del cine o por los jirones del centro.
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En una de esas tantas reuniones, en casa de Juancarlos, conocí a un tal Paolo que apellidaba Guerrero (3). La tía Coty nos agazajaba con sus excelentes y deliciosos postres y nosotros sólo nos dedicábamos a ser bellos y a degustar con fruición sus delicados potajes. Cuando nadie nos veía, sustraíamos una botella del mejor tinto del padre de Juancarlos y con él asentábamos el pastel de chocolate, y luego poníamos los discos de AC/DC o de Indochina.



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No conocí profundamente a Paolo, pero lo recuerdo de aquel tiempo.

La famosa diatriba borgesiana El fútbol es popular porque la estupidez es popular ya había sido popularizada. Increible. Recuerdo haberla leído en alguna revista o magazín de la época. Mi reacción fue de sorpresa, porque no entendía la relación entre el fútbol y la estupidez. ¿Alguien la entiende? Todo un discurso. Tiempo después, leería en una crónica local lo siguiente 'La idea que haya uno que gane y que el otro pierda me parece esencialmente desagradable. Hay una idea de supremacía, de poder, que me parece horrible'. Horrible. Borges nunca fue tan poco lúdico en sus declaraciones. ¿Será el excesivo culto a la juventud, herencia helénica, lo que en realidad le molestaba?
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Nunca olvidaré esas palabras. El tiempo pasa, lo sé, y las palabras continúan su viaje, sempiternas, a través del universo o los universos. Lamentablemente, sus versos, a partir de ahora (en especial el hermoso dedicado al vino (4)), no volverán a ser los mismos.

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(1) Enfermedad incurable.

(2) Cosa admirable, San Tomás de Aquino

(3) Paolo, Juan, Leao, Ñol, Rainer, Santiago, 'Foquita', chicos todos, hinchas: levanten la cabeza. Cada día ganamos más que cualquier otro equipo (y nadie lo advierte): más deseo, más anhelos, cada vez más fuertes. Hay mucho por hacer, ¿no? Con ustedes, hasta el fin.
(4) 'El vino fluye rojo a lo largo de las generaciones/Como el río del tiempo...'


1 Comentarios:

Blogger Xavier dijo...

ay Borges, como ya dije, no hay peor ciego que el que no quiere ver.

11:19 a. m.  

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