domingo, mayo 01, 2011








limayoga*







Estoy caminando por la avenida miraflorina más popular.
La que conecta con Carrancore.
La que termina siendo la Av.Arequipa, y así San Isidro, Lince, y más allá Cercado de Lima.
La avenida de mis paseos hacia el parke Kennedy (a los 5, 10, 20 años),
la de Frágil,
la de los amaneceres en el Taita,
la que ahora transito todos los martes y los jueves a las 7 rumbo al yoga.
Y que en este momento me regresa a casa, y mientras la camino siento que las 10 cuadras de su asfalto ahoritamismo sontodo.
Me siento como si transitara por una larga pasarela guión instalación; pasarela con instalación de calle o pasarela que es calle (no confundir nunca con una calle que es pasarela porque eso no ocurriría en Avenida Larco).
Y esa sensación de pasarelacalle, calle bellina, avenida bonita sin duda
ha sido ex profesamente provocada por la belleza de la avenida Larco y maximizada por el Yoga.
Esta repentina consciencia del efecto yoga sobre mi caminata revela que para disfrutar la urbe al '100' uno tiene que hacer yoga obligadamente. Yoga, Limayoga, te quiero mucho.




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(*) De Natalia Navarro. Trujillo.





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