lunes, mayo 02, 2011








La Tradición Occidental






Relaciones de similitud de mitos y arquetipos entre las diferentes castas




El primer formativo de las sociedades protoeuropeas, dispersas en su vasto territorio, fue enriqueciéndose culturalmente con leyendas de personajes de diferente status social como reyes, héroes, guerreros o soldados de diferentes castas que fueron emigrando hacia las montañas conforme la humanidad se multiplicaba y dividía al mismo tiempo; cada determinado periodo de tiempo se retiraban y ocupaban las montañas más altas: la Altura -en Geometría- concentra las fuerzas de otras líneas de tiempo en una arista/función determinada, superior; considero esta acepción, aunque algunos hombres de ciencia hayan relacionado Status con Altura; nada más erróneo en Arquitectura. Algunos llegaron a la última montaña (la séptima*) como el Parnaso, el Olimpo, el Fuji, el Nebo, el Huanacaure (y los demás montes arquetípicos de las diferentes razas/castas en formación en los diferentes continentes**), y construyeron, restauraron, conquistaron o fundaron comunidades/ciudades fuera del alcance de la gente del bajo mundo. Los principales edificios fueron diseñados bajo la forma de la pirámide, que representa en su forma básica las líneas de fuerza que forman las montañas, arcano de la Arquitectura.














Hace más de 3,600 años, las cumbres más altas fueron ocupadas por estos seres humanos. Aquellos personajes estaban capacitados/dotados con sentidos más agudos, con capacidad para soportar las bajas temperaturas, asimismo también las más altas, el ataque de grandes predadores como osos, tigres o resistir el acecho de tribus e invasiones tanto de castas vecinas como de migraciones del norte de África. Aquellos hombres vivieron en tensión durante mucho tiempo y en ese periodo desarrollaron artes y ciencias que los capacitaron para continuar un sendero evolutivo paralelo al del los seres humanos comunes de las ciudades que crecían en esplendor y perversión. Con aquellas armas -ciencia y arte- consiguieron engañar a la muerte, huir de un destino trágico, tal como espera hacerlo el hombre moderno***. La evolución tanto para hombres como para elfos, es filogenética y ontogenética, por esta razón el cineasta Wim Wenders, al finales del siglo XX, representa a los seres angélicos vestidos de negro, de luto****













A los rezagados se les permitió crecer en las ciudades de las zonas bajas; ellos contaron las leyendas, inventaron a parcas tejiendo un mundo gnómico con príncipes de tierra, agua, aire y fuego, que dominaban la naturaleza animal y las artes, que eran ágiles, sagaces, fuertes, luminosos, oscuros, divinos, mundanos, protagonistas, antagonistas, a quienes dedicaban poemas, odas, cantos juglares que fortalecían la dignidad y la esperanza de vida del pueblo; con esta literatura fortalecieron a las castas, a los reinos, a las naciones, pero al poco tiempo se convertiría inevitablemente en una tradición literaria al servicio de una gran conspiración*****. Aquellos personajes sí existieron, y su realidad fue como la mejor ficción que haya creado un cineasta. Eran admirados por sus hazañas, por su sentido poético de la vida, por ser ellos mismos la manifestación de la poesía; el soldado era el poeta, inspiraba al pueblo. Los intermediarios del bajo mundo, los mediáticos, contaron la grandeza de la naturaleza humana a través de estos personajes; evolucionaron como medios de comunicación masiva, orientados entre varias asignaciones a distraer al pueblo. Así se formuló la Tradición Occidental.



(Fragmento)





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