martes, setiembre 07, 2010









reliquias








Hace unos días encontré un archivo de textos míos, escritos a mano cuando tendría entre doce y diecisiete años, es decir, entre 1988 y 1993, que son ahora para mí reliquias de un tiempo sensacional que creí haber olvidado. Este reencuentro con una parte de mí me hizo pensar en un relato del Borges, Tlön, Ukbar, Obis Tertius, en la parte en que una especie humana diferente a nosotros encuentra una rueda en el subsuelo de su mundo y eso produce que estos seres se cuestionen las leyes de su universo. Estaré publicando fragmentos en los próximos días...

















... antes de regresar a mi vida pedestre plena de trabajo, agradezco las visitas que han completado casi la cifra de veintidosmil (como la población de una comarca o ciudad pequeña), eso me anima a decir las cosas que pienso y dedicarme por completo al trabajo del poeta, que es investigar, producir y disfrutar.

Disfrutar es también filosofar. Por eso, César dixit:

La costa peruana no es ningún mercado de las letras. La costa peruana no debe ser objetivo de movimientos o exhibiciones de talento literario hoy, pues en ellos predomina ese mismo afán de reconocimiento que ya existía cuando decidí escribir mi poesía, que sólo significa una pérdida de tiempo para los participantes, en especial para el auditorio. Los siempre "nuevos" o "jóvenes", cometen los mismos errores que comenzaron a cometer los entusiastas después del movimiento Hora Zero, que son errores de carácter epistemológico y se produjeron por el excesivo individualismo que devino de semejante ruptura, en pleno auge de la depredación humana. Es decir, los siempre "nuevos" o "jóvenes" creen saberlo todo y sienten tocar the top of the world cuando graznan... mientras el corazón del país se les cae a pedazos. Los eventos artísticos y literarios no deben ser ningún escaparate o una circunstancia para que los entusiastas puedan soltar sus gasesitos y regodearse con los exóticos olores y sensaciones que ellos refieren. Por eso la voluntad inicial debe acompañarse obligatoriamente por el pensamiento formal en su más exigente nivel.

















Cuando apareció Los nombres del agua, mi primer libro, en el 2005, la difusión fue masiva, pero no en la costa, sino en las bibliotecas de los colegios más alejados y pauperizados de la sierra liberteña. Aunque lo presenté en Trujillo, Lima y Cajamarca, en los principales centros culturales del país, me aseguré de que llegara principalmente a los lugares "ajenos" de la sierra.


















El auspicio fue de la Municipalidad Provincial de Trujillo, es decir, significó un gran avance porque en contadas ocasiones el Municipio auspicia un libro de poesía a un escritor local y lo distribuye entre los jóvenes de la periferia. Aquella obra fue durante la última gestión de José Murgia Zannier en la alcaldía, actualmente Presidente de la Región La Libertad.


















El objetivo principal del artista peruano, pienso, debe ser llegar a la gente del ande. Arguedas al morir postergó el fin de su obra, que era al mismo tiempo un sueño milenario, el de llevar los avances epistemológicos logrados hasta hoy por la humanidad en oriente y occidente a quienes siempre tuvieron el derecho de recibirlos. El poeta debe ser el agente, su cuerpo el instrumento. Ceremonia. Ofertorio. Celebración. Patrimonio de la nación.









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