domingo, marzo 21, 2010









heroína









como nácar en el ópalo de tu vestido
así fue la prodigiosa noche del orgasmo calamitoso
en la ciudad del mar

igual a la corriente de aire húmedo
que susurraba detrás de tus oídos todas las canciones
igual a la música del automóvil
estacionado en el parking
de la orilla
en esa hora

los besos se unieron al sonido de las olas
y la fisonomía del deseo se materializó al fin
en las esferas

b e f o r e .t h e. s u n r i s e











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