sábado, enero 02, 2010











nothing compares to love (about a real erotic poetry)






Como en una caracola de mar
Mi voz no cesó de rugir
(De El vehículo de los príncipes)









'...Finalmente el jardinero, como todo ser, habrá cumplido su ciclo vital. El planeta entero velará su reposo. O la transformación de su cadáver. Estará presente su madre cantando, rodeada de infinitas esferas luminosas producidas por una fabulosa floración fluorescente. Serán las rosas silvestres acogiendo el nacimiento de una nueva rosa.

















Y todo desaparecerá en el Absoluto: el jardinero atravesando los polos del planeta, las espinas del sendero ensangrentadas, el cadáver del hijo preparado para su peregrinación a los infiernos, sepultado en una barcaza bellamente tallada, cubierto de pétalos y hojas de nogal. Un ser transfigurado.




















La Luna fue testigo del milagro. Vio a la barcaza hacerse a la mar, bajo el cielo de un disco solar de atardecer.

Terminado el trabajo del jardinero, una nueva consciencia amanecerá manifestando toda su luz sobre el rostro desnudo del planeta, fertilizándolo para siempre. Sus rosas habrán esperado con los pétalos desplegados el retorno de su jardinero. Él las habrá contemplado todo el tiempo, danzando con galaxias, átomos, agujeros negros y cuásares, pronunciando lenguajes con los dedos de los pies.

















Habiendo conquistado el jardinero la paz en los centros de gravedad del planeta, con sólo una tea como única arma y compañera, liberará su conciencia y dejará un haz de luz blanca en el prisma transparente del espacio ignoto, para que nosotros sigamos aquí, alumbrados por su alma luminosa, el Espíritu Santo.'










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