ego sum lux

una bestia brutal y eficiente errará lasciva bajo la luz de las estrellas. la puedo ver perdida, deslizándose en el laberinto de su deseo inconsciente, humana, dejando tras de sí un sendero de pétalos rojos, un camino de recuerdos e imágenes abierto entre sus carnes. será una verdad abriéndose paso, tratando de cifrar, inútilmente, un dibujo en el alma.


















y ésta no es sólo una visión. puedo sentir sus pezuñas rayar la neblina, como una luz rasante, cruzando el umbral: rojo sobre blanco, vibrante sangre depositada en el vacío material para ser tarascada.




















el jardinero explicará a sus rosas la verdad después de haber descendido del último cielo. algunas recibirán su mensaje. un intervalo ilusorio en el tiempo, pensarán... y seguirán sin entender. percibirán una fuerza presente que no podrán cognocer. otras lograrán vislumbrar entre sus congéneres la bestial naturaleza de Dios.




















la única verdad será que sólo el jardinero alivia el calor de las mañanas en su rosaleda. sólo él cosecha bálsamo de rosas endebles y determina días de poda y siembra. y el desorden se ordena, e instantáneamente vuelve a engendrarse, procreando su nuevo y eterno EGO SUM QUI SUM.