jueves, febrero 12, 2009





diavolo

Entrevista a David Novoa
por César Castillo García




David, me desconcertó tu performance en la IV Feria del Libro... eras un personaje con el rostro pintado como payaso e ibas cargando una cruz, vociferando leyes metafísicas en una especie de rito oscuro y violento...




Jajajaa...




En la foto, David Hoyos, seducido por el diablo



... Rito que, desde luego, incluyó momentos beatíficos, breves espasmos de poesía religiosa...


Claro. Te explico, amigo. Es que en este ritual quise despertar el subconciente del auditorio a través de la invocación de lo diabólico, pero sin hacer referencia de una conexión con el Príncipe del Mal y sus huestes... sino más bien del conflicto entre las fuerzas psicológicas antagónicas que nos dividen y crean lo que llamamos 'el diablo' –es decir, al hombre mismo pero dividido– dentro de nosotros... pero ¿cuáles son las fuerzas que generan la división con uno mismo, mi querido chicho? Pues, por un lado, las necesidades del mundo de la materia –la Ley de la Imanencia–, y, por otro, nuestros anhelos espirituales -la Ley de la Trascendencia-... y siendo que todos sufrimos ese conflicto, siendo que todos nos reconocemos en la neurótica condición de personas buenas que hacemos cosas malas, pues todos somos ese 'diablo'...







Pero ¿por qué expresarlo así, como un Cristo blasfemo con la cara pintarrajeada?



Jajaj... por pura sinceridad. Es que el ritual debe empezar por la vibración más baja. Iniciada por el miedo. El miedo, la duda, generan inarmonía, provocan división. Por eso, uní mis tres temores esenciales, aquellos que me marcaron en la infancia: primero a los payasos -¡cómo me asustaban los demoníacos y disforzados payasos cuando era niño!-, después a ese maestro del dolor clavado en el altar de la iglesia de Casa Grande, moreteado, famélico, castigado hasta la apoteosis, Cristo Jesús abandonado en la tiniebla de su martirologio doliente, y por último al diablo mismo, al demonio retorcido y maligno que ataca, marchita y somete el alma. A eso era lo que realmente temía en el fondo de mi subconciente, a esas imágenes, a esos personajes, a esos condicionamientos. Y en el ritual de EL DIABLO, sin dejar de ser el que teme, asumo también el rol de lo que temo para que finalmente temor y temeroso se disuelvan en una misma poética unidad.







Entonces ¿de esto se trata 'El diablo'?



Así es. En la performance se manifiesta el ser humano dividido –la palabra diablo viene del latín diavolo que significa dividido– y fluye en escena, energúmeno, transtornado, hasta que su misma dinámica verbal lo conduce hasta el individuo, osea hacia el indiviso: el sin conflicto, el feliz. Es una consubstanciación de las fuerzas en antagonía. Las mismas fuerzas que antes dividían al ser, ahora -gracias a la Poesía- lo terminan por configurar.





Voy entendiendo... pero dijiste consubstanciación, ¿qué es para ti una consubstanciación, David?

Precisamente lo que acabamos de explicar, mi querido. Es la unión de las substancias de dos seres. O cuando la substancia de un ser se diluye en otro. En la performance el que teme y lo temido pasan a ser una sola conciencia sin conflicto. Y la Poesía, las palabras rituales que van dando cuenta del fenómeno, son el catalizador, la magia verbal que quema los contrarios, los disuelve y los funde en un solo ser.






Entonces, por eso empiezas con la aparición de ese doliente energúmeno que –ahora comprendo– no es "el-demonio", sino el ser humano dividido entre sus traumas atávicos y su anhelo de elevación. Y, generalizando, es la misma condición de la humanidad que por un lado manifiesta milagros de pureza y de abnegación, y por otro viola, mata, explota, destruye ¿no? Es esa condición, claro, psicológica y no religiosa, la que revela tu performance...

Exacto. Esa es nuestra diabólica situación. El diablo que aparece melodramático y esperpéntico, es definitivamente el emblema de nuestra condición actual, es el hombre sin la máscara superficial de la civilización, inmerso en el combate inmemorial que lo conflictúa entre lo bueno y lo malo, entre la luz y la oscuridad, por eso impreca apocalípticamente y contamina el ambiente con sus maldiciones y sus amenazas, pues él mismo es el incomodísimo centro del gran conflicto existencial, de la ardua e imprevisible evolución y de sus hallazgos y extravíos, pero a medida que va concientizándose de su oscuridad –para eso va verbalizando la Poesía que lo guía– va aflorando también una fuerza contraria que es la del Entendimiento. Y la segunda parte de la performance, el ritual en sí, es la corporización –comprensión– de estas leyes que crean el conflicto y a las que estamos aludiendo ya varias veces: la de la Imanencia, que te ata al mundo físico, y la de la Trascendencia, que te inspira hacia los más altos ideales celestiales.





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Y la cruz que arrastras... cuyos maderos siguen diferentes direcciones, simboliza las fuerzas eternas y universales newtonianas, ¿no?

Sí, pero sólo son eternas y universales para el que sigue sujeto a ellas, hermano, pues la performance acaba en la destrucción de la cruz, en la destrucción de sus maderos contrapuestos que ejemplifican las fuerzas que tensan el alma.

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Pero... destruir públicamente la cruz, además de ser chocante para algunos, te puede ocasionar problemas con instituciones religiosas y demás...


Pero si la cruz no es exclusiva del cristianismo, que recién aparece hace dos mil años sobre el planeta. Es un símbolo eternal que proviene del mundo de los arquetipos celestiales y que involucra un conocimiento profundo de la divinidad desde mucho antes que se irguiera el homo sapiens. Por eso, destruimos no a la cruz, que es indestructible, sino a los atributos del fanatismo, la arrogancia y la autoconmiseración que hemos atribuido a la humanidad a lo largo de la historia... y sigamos uniendo, siempre uniendo, uniendo visiones, uniendo conceptos, uniendo vivencias en una experiencia más que racional, en una poiesis...



por eso, como dije esa noche ante el auditorio:



DIABLO ES COMO TU LO VES/
DIABLO ES COMO VES/
DIABLO ES
DIVIDIR
LO
QUE
ES






EL DIABLO

(Inicio para ser gritado en público, sollozando espasmódicamente)


¡Oíd, ah hijos del infecto semen de Caín!
¡Oíd ah gentes retregándose las bocas en la apretura de las calles!
¡Oíd que los cielos se abrirán y caerán en llamaradas
Los dioses derrotados!!!


¡Pregonando cada uno con la voz de mil
La Gran Ruina por venir!!!


¡Arderán ah hijos de la vil deidad!
¡Porque escrito está! ¡Repentino ha de ser el Fin
Como un manotazo sobre el rostro calmo!
¡Como una ola negra sobre las ciudades dormidas!
¡Y nadie entre la abyecta prole!
¡Nadie entre los violadores de sus hijos!
¡Nadie entre los adoradores de las heces de la Bestia!
¡Le ha de sobrevivir en su furor!


Oíd ah hijos de la Tecnología... de la ciencia pervertida
Oíd que vendrá la Ira de Dios sobre ustedes y su egolátrica grandeza
Que en polvo habrá de convertirse


Oíd en sus conciencias
El Silencio


Que es el Grito de Guerra
de El Señor...


David Novoa



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1 Comentarios:

Blogger Aquiles Martin dijo...

maestro, no sabía que usted tenía blog, yo también publiqué esa entrevista, me la mandó david a mi correo, espero no se moleste por haberlo pirateado jajaja,

http://akilesmartin.blogspot.com/2009/02/el-diablo-novoa.html

saludos espero verlo pronto

5:24 p. m.  

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