viernes, octubre 17, 2008





de ángel gavidia*




La partida



Viento, voy a escaparme en tu lomo ¡Pero pronto!


He lavado mi piel casi hasta haceme daño.


He ido en cacería a mi cerebro. He sido insobornable: Nada queda de pie, sólo el silencio.


Esquiva toda grieta de ternura. Incluso a Lilia.


Parte sin dejar huella. Ni siquiera el adiós: Los sueños no se despiden nunca, sólo parten.


Estamos listos. Prometo no llorar y si incumpliera nada cuesta arrancarse los ojos y salir adelante.


¡Pero aparte!



***



Es un conejo gris de pelo corto



Es un conejo gris de pelo corto, algo pez, algo viento.

Es un conejo gris de ojos vivaces hechos para mirar entre la hierba.

Es un conejo gris que no es conejo, ni pez, ni viento, ni fuga intempestiva, ni nada que pueda sugerirnos un conejo.

Es un conejo gris este conejo

que salta sin tocar mis palabras

sin siquiera rozarlas con su hocico

cruzando limpiamente mi frontera.



***



Aquel raro gallinazo



No sé cómo hizo el loco con su vieja morada

¿Parió la antigua sombra alas destartaladas?

¿Se llenaron las vigas del aire de las aves?

¿Sacudió la nostalgia la pluma de la higuera?

No sé, pero hizo que la casa volando se marchara.



***



En qué terrible batalla fui soldado



¿En qué terrible batalla fui soldado?

¿En qué frente luché?

Malherido

armado tan sólo con mi amnesia

me hago estas preguntas

solas

sueltas

temeroso de que alguien me responda...



***



Y es que hay un café



Y es que hay un café

Y pájaros desgarrados

Y ríos que transitan huérfanos de padre

Y noches que heredaron la viudez de otras noches

Y negras legumbres

Y soledades que no hallaron la paz después de muertas

Y cruces

Y fantasmas

Y todo, menos luz.



***



La Historia del Perú no los registrará



La Historia del Perú no los registrará

Y al final de cuentas a quién le importa dos hermanos

que se quieren

que se extrañan

que trazan sus figuras zigzagueantes

por los polvorientos caminos de Pallasca

ebrios de ron y fraternal cariño

mientras balbucean recuerdos infantiles que les hacen llorar

La vieja, hermano, muy pobre

¡Buena vieja!

¿Di?

Uno es ingeniero

el otro, simplemente, hermano

andan, los dos, sobre setenta

pero aún se quieren, aún se buscan, aún se revuelcan sobre el gras

aún cantan tierra pallasquina tierra tan querida quizás con mi ausencia llorarás por mí.

La Historia del Perú no los registrará.

La huella del camino se borrará mañana.

La neblina de mayo o la otra neblina, la terrible, más temprano que tarde tragará sus figuras

zigzagueantes

ebrias de ron

y fraternal cariño.



***



Algo quedó contigo


Algo de mí

-supongo-

porque ahora

como una gran espera

hay un espacio en mí que no se llena

una vieja ansiedad que te reclama

una emoción que como un barco ciego

se resiste a partir.


En la foto, el poeta Ángel Gavidia con el poeta 'negro' Alberto Alarcón.

(*) Hoy vi a Ángel Gavidia, iba con tres amigos escritores. Seguramente venían del café DeMarco o enrumbaban hacia algún reducto gastronómico NN. Lucían alegres, vivaces, bromeándose como lo hacen los niños después de la escuela. Yo observaba discurrir a la gente del jirón Pizarro desde el balcón de la Casa de la Emancipación. No sé si me vieron. Había sol y optimismo en el grupo. Ya tenía en mente postear algunos poemas de su último trabajo, 'Fuera de valija', e incluso interpolar un comentario después de cada poema. Pero he decidido, mejor, cerrar con un poema de él, que sintetiza todo: El silencio/acuna a la palabra/como un nido de estrellas.

1 Comentarios:

Blogger Jorge Luis Chamorro dijo...

el poeta alarcón, tenemos q hacer algo juntos eh

10:04 p. m.  

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