viernes, setiembre 05, 2008





B. Lounge, fourth sesion



.
La última sesión del B. Lounge estuvo integrada por Luis-Felipe Alvarado, Victoria Larco y Jesús Diez Canseco.

Jorge Hurtado se comunicó horas antes de iniciar la última sesión para decir que no podría asistir. Lo mismo sucedió con Joselyn Brandán, aunque con más anticipación. Igual, tremenda decepción ambos.

Opté por reemplazar a los ausentes; aunque, valgan verdades, no se sintieron sus ausencias.

El primero en leer fue Jesús. Conocí a Jesús en las clases de maestría. Es un conversador muy ameno y bien informado, y por eso, con el paso de las clases, nos hicimos amigos. Nunca, hasta la noche de la última sesión, había leído algo de él; lo invité sólo porque era mi amigo y escribía poesía, tal como me dijo. En realidad fue arriesgado invitar a alguien, por más amigo que sea, que no tenía un trabajo conocido ni una trayectoria de ejercicio en poesía. No había leído nada de Jesús. Me dejé llevar por la riqueza de nuestros diálogos y la amistad. No obstante, esa noche, me llevé una grata impresión al escucharlo. Muchas veces -pienso ahora- la calidad de las experiencias radica en el riesgo y la expontaneidad, y claro, también en la confianza y el compromiso que implica una amistad.

Después seguí yo. Sobre mí no hay mucho qué decir. Sólo que este fin de año, en Diciembre, sale mi segundo poemario, El vehículo de los príncipes.

Victoria Larco es una poeta muy respetada en el círculo literario de nuestra localidad. No ha publicado aún, pero tengo referencia de dos poemarios suyos de alta calidad: Eros Doloroso y Fábulas, cuyos textos escuché en varias oportunidades, claro, sin repetirse los textos en cada oportunidad. El trabajo de Victoria, estoy seguro, será voceado en poco tiempo. Espero publique pronto.

La serie de presentaciones B. Lounge, organizada por la Librería SBS, cerró con la participación de Luis-Felipe Alvarado.

Conocí a Luis-Felipe en el 2006, en la sede de Cajamarca de la Universidad Privada del Norte. Él había asumido el cargo de Decano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, y por lo que observé, había llegado para consolidarla. Lo digo porque terminé mi pre-grado en la Facultad y luego fui docente en ella, y sé bien que, aparte de ser difícil liderarla, ningún decano anterior a él se había involucrado tanto con el quehacer de los alumnos al punto de literamente dejar su sangre en ello. Luis-Felipe se hizo un corte profundo en la mano izquierda apoyando en el trabajo logístico para una Feria de Carreras que en esos días se celebraría en la universidad; eran operaciones sencillas que bien podían hacerlas los alumnos más técnicos, pero no los habían.

Cuando lo conocí, recuerdo, hablamos sobre el entrañable director chino Won Kar Wai. En ese entonces supe que Luis-Felipe no sería un Decano habitual, vertical, y que ejercería por mucho tiempo su cargo. Luego leí algunos textos suyos en la revista mensual Diatreinta, de la Facultad, que me definirían su semblante de artista. Luis Felipe, entendí, es emotivo... nadie más emotivo que Luis-Felipe.

La noche de la última sesión, mientras lo escuchaba leer, observé algunas características del guión literario -su especialidad- que comparte con el discurso poético: la riqueza visual, la exactitud verbal y la capacidad de síntesis en cuanto a los perfiles de los personajes, características que hacen al guión literario oralizable, decible. Quizá por eso disfrutamos tanto el relato de una buena película cuando nos la cuenta un hábil orador.


1 Comentarios:

Blogger Novia Urbana dijo...

genial, estaremos para la presentación de tu poemario ;) exitos!

1:54 p. m.  

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal