miércoles, mayo 07, 2008








'se necesita terrorista (con o sin experiencia)'





Este no es un aviso político contratado, tampoco una apología del terrorismo o sólo un pedido de liberación para Melissa Patiño. Es, más bien, un llamado de alerta dirigido en especial a los más jóvenes:




La inocencia no es un pecado, mucho menos un delito, pero cuando persiste en el espíritu hasta pasados los dieciocho años, se transforma en ignoracia; y la ignorancia, en una realidad como la nuestra, es un pecado capital. Se tipifica de pronto como 'delito' en casos particulares, como el de Melissa.




Conocí a Melissa en el patio de la Casona San Marcos, después de un recital de poesía. No hablamos, quizá sólo un saludo. Éramos un grupo de amigos -en realidad varios grupos, entre invitados y público en general- y planeábamos a dónde ir. La noche de Lima es definitivamente uno de los mejores atractivos de la capital, eso lo sabían los invitados, el País Imaginario; estaban Héctor Hernández de Chile, Alan Mills de Guatemala, Ernesto Carrión de Ecuador, Manuel Barrios de Uruguay, entre escritores nacionales... ¿Barranco o el jirón Quilca? La bohemia limeña tiene más de un centro, quizás el Queirolo... o el malecón.




Vi a Melissa en esa oportunidad, no me pareció el tipo de adolescente que complota contra el Estado. Quizá más bien una niña tímida, un tanto risueña y distraída, como podría haber sido la 'Chichi' Valenzuela en su juventud, digamos, o alguno de nuestros hijos, que a esta hora está fuera de casa, reconociendo el mundo con sus amigos.




Por eso es risible el hecho, a nivel político, de que Melissa permanezca aún en la cárcel, haciendo MEA CULPA por otros que deberían estar en su lugar, sobre todo en una realidad donde la violencia y la injusticia del día a día, en las calles, en los hogares, en las instituciones, se ha transformado en el verdadero terrorismo, un terrorismo de Estado que ve en sus hijos -los más nobles- a potenciales enemigos.




El caso Melissa Patiño debe ponernos en alerta, deja entrever profundos vacíos y graves contradicciones en los discursos, tanto del Estado actual como de cierto sector del Periodismo, supuestamente de 'credibilidad', porque para ellos, un joven que lee, sea a Marx o a Darwin, es un 'comunista en potencia'. Debe ponernos en alerta el hecho de que en un país donde los jóvenes no leen ni la mitad de una revista al año, estos dos grandes poderes se den el lujo de perseguir a los que sí y más aún cuando no tienen titulares para sus columnas u 'ovejas negras' con quiénes distraer de la ineficiencia ofensiva con que 'protegen' el estado de derecho y administran los beneficios del 'rebaño'.




Quien conoce a Melissa lo puede afirmar. No podemos dar continuidad a la ingenuidad sistematizada del rebaño. Es necesario fortalecer el espíritu con los anhelos individuales y comunes más puros y luchar por ellos aunque nos cueste el último aliento.





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