sábado, mayo 31, 2008




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la música del sol




Eurídice caminaba en la penumbra, guiada sólo por una lejana música que la nombraba, fascinándola con tiernas promesas de inmortal fidelidad.

¿Qué extraña deidad disipa la niebla sólo con el tañido de su fender stratocaster? ¿Quién es aquel que hace palpitar a las piedras y dibuja el camino para que Eurídice, la novia del sol, regrese a la luz? –preguntó ella en voz altisonante, consustanciada con todo cuanto podía sentir.

Un corro de cervatillos dejó una estela de vapor iluminado en el follaje para que advirtiera el camino a seguir. Ningún sueño sin sueños de Amor, musitó bajo el influjo del verbo sol aquel, irresistible. Se dejó ir hacia él. ¡Dios, qué música tan maravillosa! El surround polifónico del viejo marshall hizo vibrar hasta el diminuto corazón de una lombriz.




1 Comentarios:

Blogger Carlos dijo...

Que Euridice y Orfeo disfruten su tiempo juntos, y se sueñen al estar separados.

Hermoso blog.

3:35 p. m.  

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