martes, mayo 13, 2008



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heroes and villains

experience




Brian Wilson no es el mejor cantante del mundo, pero sí un genial compositor. Obsérvese que las canciones escritas por él son simples, nada enrevesadas, a lo sumo los suspiros de un jovenzuelo en el clímax de una equis circunstancia, nada tan complejo e inquietante, en alguna ciudad del orbe, al azar. Quizá por eso los Beatles admiraban a los Beachs, porque los hechos pueriles narrados en canciones tienen la propiedad de transportarnos -casi sin percibir concientemente cómo- a través de las esferas de significado de todo cuanto sucede, que generalmente no percibimos, que se comparte -finalmente- en relación con el espacio.

Puedo imaginar, por ejemplo, las escenas de Odisea 2001, la llegada del Hombre a la Luna, un video de Smashing Pumpkins en mute, un viaje astral en la media noche o ir a la playa en un Datsun del setenta escuchando el Shut Down de los B. B., algo que difícilmente podría describirse del mismo modo escuchando el A Hard Day's Night, que se desliza mejor en otros recintos -o surcos- de la mente, en un 'irse de putas' por el centro de la ciudad un sábado por la noche, por ejemplo.


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