Nadia imita el ingrávido balanceo que caracteriza a las hadas. Yo sólo la miro, ya sin admiración ni deseo. Pero pienso en ella. Recuerdo el corazón de granito que me obsequió la última vez. Desde entonces decidí desterrarla, vivir sin alma, sin reflejo en el espacio sempiterno de la memoria.

Borges dijo 'todos los hombres son el mismo hombre'. Nunca le creí porque desconfío de los sabios que odian algún tipo de deporte. Además, tuvo muy poca experiencia con las mujeres.

Ahora veo a sus ojos refugiarse en la nada. Se despide, pero la verdad ya no me importa. 'Todas las mujeres son la misma mujer', pienso. Karen me pide le ayude a empacar y luego me invita un trago. Me agradece y olvido. Nunca le dije que me alegraba. A lo lejos, Nadia continúa su fatídica coreografía, indiferente, linda, muy linda.
3 Comentarios:
Excelente. En verdad a mi parecer es exacto y lírico.
Gracias. Soy la hermana de Katy,no sé exactamente quién eres, pero creo que tu blog está interesante .Gracias por dedicar un post a mi hermana.
Saludos¡
grazie
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