domingo, octubre 28, 2007

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sincretismo lingüístico






El proceso de transformación de las lenguas deriva en interesantes formas de expresión. Aparecen palabras nuevas o algunas sufren cambios en el proceso. Pero también otras van quedando rezagadas por dejar de usarse.






En el castellano, por ejemplo, hay palabras que ya nadie usa; el término ‘lindeza’, usado por Cervantes en El ingenioso hidalgo Don Quixote de la Mancha, puede considerarse un arcaísmo, una palabra en desuso; ya no diríamos ‘le ríe su lindeza y galanura’ cuando queremos expresar un hecho pueril. La palabra data cientos de años de uso, y es frecuente en el portugués (1). Vemos al sufijo compuesto ‘-eza’ comportarse como sustantivador, como en las palabras castellanas ‘grandeza’, ‘agudeza’, ‘torpeza’, etc. La cercanía geográfica entre Portugal y España supone un permanente enriquecimiento lingüístico (2).






Algunas palabras interesantes como ‘elan’ (3), no están en el diccionario de la RAE porque no son de origen hispano. El término ‘élan’ (4) es reciente y sólo existe en el francés académico porque Henry Bergson, filósofo francés, lo usó para definir la causa de la evolución de los organismos. El término es abstracto, producto de una hipótesis. Diríase en una disertación filosófica sobre la relación entre fonética y evolución que la naturaleza arquitecturó un sistema de fonación en el organismo del hombre para interpretarse del elan en el espacio (5).



Otras expresiones, como ‘orco’, vuelven a la vigencia gracias al aporte de novelistas y poetas filólogos. En el mundo fascinante de Tolkien, autor del bestseller El señor de los anillos (6), los ‘orcos’ son una especie inferior de seres inteligentes que lucha por apoderarse de la Tierra media, recinto de hombres y elfos. La palabra ‘orqo’ existe también en el quechua, significa ‘cerro’. En el libro de Tolkien, el orco emergió de un fermento de sustancias orgánicas que un ‘mago negro’ incubó bajo las raíces de los árboles, al que dio el ‘soplo vital’ para usarlo en contra de los hombres. En el quechua, las entidades de la naturaleza, como los montes y el viento, poseen voluntad, son espíritus, e interactúan con el hombre desde la noche de los tiempos; un orqo, por tanto, es para la tradición quechua una entidad con dimensión tanto física como espiritual.





La misma palabra existe en el celta nórdico. Para los celtas el orco es una potestad del mundo de los muertos, un autómata. La razón de la semejanza lexicográfica entre lenguas de distintas regiones geográficas radica en la teoría de que, en el mundo antiguo, mucho antes de las conquistas del mundo moderno, ya había comercio cultural, del que derivó muchos casos especiales de alomorfía y alofonía.





‘Quechua’, ‘quinua’, ‘quiwicha’, son palabras que volveremos a encontrar afuera de los márgenes de los países andinos. El ‘quenya’ (7), por ejemplo, uno de los lenguajes que el mismo Tolkien configuró para sus personajes, nos evoca una flexión original del quechua.




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(1) Caetano Veloso compuso ‘Lindeza’, a finales del siglo XX.
(2) En la península ibérica abundan ejemplos de toponimia.
(3) El término se relaciona con el término ‘soplo vital’, que intuyeron los hebreos en tiempos del ‘Pentateuco’ para referirse al hálito que dio voluntad y movimiento al hombre. Existe desde la primera mitad del siglo XX a través del pensamiento de Bergson, que influyó en la superación del racionalismo positivista y sienta, desde el punto de vista de un anhelo espiritual, las bases para una nueva filosofía y metafísica.
(4) Véase que en el francés la palabra se tilda, pero según las reglas del castellano no debe tildarse.
(5) Ejemplo del autor.
(6) No tiene traducción en el castellano. Sustantivos compuestos de origen Inglés como soundtrack, background, entre otros ejemplo, son palabras de uso reciente.
(7) La lengua quenya deriva de la influencia de latín y griego, y se especu también del quechua y el aymara. Si comparamos, por ejemplo, las manifestaciones artísticas de los etruscos (que son proto-griegos) con las de los chavín, encontraremos muchas similitudes.






5 Comentarios:

Blogger el nombre... dijo...

Interesantísimo este post.
Realmente lo he devorado, al punto de releerlo para, inútilmente, retener algunas de estas palabras, y sus "devenires"...(digo inútilmente por mi memoria frágil)


Me ha encantado.
Me encantan las palabras, sus usos, desusos y derivaciones...


beossssssssssssssss

12:05 a. m.  
Blogger L. M. Armas dijo...

Aleccionante, Chicho. Ya anda siendo hora que pongas un taller de literatura :P

Un abrazo.

12:11 a. m.  
Blogger Susana dijo...

¿es un trabajo universitario o en ensayo? Bien chicho, me gustó el texto, sobre todo tu descripción de la palabra "orqo". En la toponimia peruana hallamos varios lugares con prefijos "orqo" como "orqopampa", por ejemplo. Buen texto.

11:50 a. m.  
Blogger N.K dijo...

wow!, parece que el nombre hubiera escrito mi post!, hurto sus palabras para felicitarte por el lectivo post!

12:10 p. m.  
Blogger CÉSAR CASTILLO GARCÍA dijo...

aún jay más palabras... sucede que antes buscaba cómo ahorrar palabras, ahora trato de no ahorrar

9:11 p. m.  

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