sábado, julio 21, 2007

ubicuidad
adhesión
ubicuidad
adhesión
Ubicuidad estética:
lo bello y lo monstruoso
ubicuidadubicuidadubicui
dadubicuidadubicuidad

El hombre antiguo sentía mucho respeto e interés por lo monstruoso. En el latín acuñó el término monstrum para referirse a lo que no podía clasificar; el monstruo existía, no lo podía negar, por sus extrañas cualidades le era ajeno y difícil de clasificar, estaba por encima de su entendimiento y superaba no sólo sus vanas presunciones sino también las expectativas del gran cosmocrator. Su existencia evidenciaba un poder incognoscible; su figura era la clara y prodigiosa manifestación de belleza en otro tipo de escala.

La palabra monstruo no era entonces sinónimo de fealdad o desproporción, sino de soberbia: hermosura en su más elevado nivel; criaturas maravillosas con otras simetrías aparecieron en el imaginario de aquellos hombres para recordarles el poder del genio creador.

En la edad media el intelecto produjo un magnífico tropel de seres extraordinarios a quienes debimos admiración. Diríase, fue la respuesta de los filósofos contra ciertas convenciones (véase a los personajes de la obra de Jerónimo Bosco, o a los de La divina comedia de Dante): respondían a la necesidad de ruptura con lo ortodoxo porque limitaba el avance del pensamiento.

Dédalo colocó a su desdichado terato en el laberinto de Minos para proteger un secreto siniestro. De la misma manera, el intelecto del hombre ha producido máquinas de control moral sobre el imaginario colectivo, y establecido, por medio de éstas, el equilibrio.
El monstruo cumple su función: controla la naturaleza irracional. El monstruo acepta, se mantiene fiel a las modas y a los prejuicios de las épocas, sujeto a las variaciones del hombre. Su poder radica en que refleja un misterio, o varios: las diferentes facetas del hombre y las dimensiones del espacio y del tiempo; el monsturo es, por ende, el arquetipo estético por excelencia.
Finalmente el monstruo consigue licenciarse de las figuraciones prejuiciosas, sobrevivir a doctrinas y al daño que producen en el avance del pensamiento, de espaldas al convencionalismo burgués y a la devastación de sus espejos. En el mejor de los casos augura prosperidad, pero en otros, ambula excluido del derecho a reintegrarse al seno de las inteligencias angélicas.

2 Comentarios:

Blogger L. M. Armas dijo...

¡Qué bueno estuvo eso de la ubicuidad estética! Te felicito Chicho. Pero de todas las imágenes que colocaste, me quedo con ese "monstruo" de calzoncito blanco. ¿Tú le tomaste la foto, monstruo sicalíptico? jajaja. Saludos.

6:25 p. m.  
Blogger CÉSAR CASTILLO GARCÍA dijo...

Gracias, servido. Ten cuidado con ese monstruo, es posible que te haya gustado. En ello radica su poder.

11:18 p. m.  

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal