lunes, junio 11, 2007





broken social scene, el retorno

de la melodía


o del carácter iconoclasta del rock





Broken social scene. Buen nombre para un grupo. Antes de comenzar a escribir pensaba en ello. No son ingleses, tampoco del sur norteamericano. Tampoco tienen apariencia de ‘rockers’. Se parecen más bien a un grupo universitario después de la última clase. Si se cruzan con alguno de ellos por la calle ni se enteran. Y es que la apariencia es accesoria; sin el músico no dice nada. Mientras repaso algunas de sus fotos y sus discos, pienso que la buena música no siempre ha partido de una sencilla estrategia de marketing, sino de, simplemente, decir la verdad.

Aunque parezca inconcebible, hasta hace diez años las estrellas del rock hacían lo imposible por parecer rebeldes y díscolos. El último intento por reivindicar la rebeldía, terminó por claudicar porque detrás de las apariencias, la distorsión de los sonidos y la reproducción de monótonos e irritantes compases, no había nada, sólo el carácter iconoclasta del rock y la banalidad de algunas de sus corrientes.

Gracias a que los músicos aceptaron la fugacidad de la fama y el disfrute, el rock ha sobrevivido y evolucionado a tal punto que quizá por ello ya no necesita formularse lo que prefiere su público, sino sólo tocar cada vez como si fuera la última.

La euforia inicial que estremeció no sólo los oídos de los adolescentes sino también la cultura mundial, se transformó en una actitud reflexiva, una forma sutil de rebeldía como la de Gandhi o Lennon, o los ‘beatniks’ y Siddartha Gautama.

A partir de la muerte de Kurt Cobain, el rock comenzó lo que sería su nuevo éxodo; se notó una intensa búsqueda por originalidad, pero en círculos no tan masivos, como, digamos, los del ‘rock alternativo’. Por otro lado, lo ‘comercial’ comenzó a ser cada vez más rápidamente digerido, y por cierto, también menos escuchado. Esta coyuntura propició el advenimiento de nuevas ideas. Una generación de músicos, desde diferentes lugares del planeta, crecía con propuestas mucho más realistas. El mundo giraba en torno a masacres, genocidios y guerras, y mientras eso sucedía, la radio fantaseaba con propuestas bastante menos creativas y anacrónicas. Fue así como el rock volvió a mirar hacia adentro y acertó con la siguiente fórmula: estética más una coherente exposición de ideas: regresar al origen y recapitular. Quedaron rezagados en este proceso los berrinches del hip hop y los alaridos del punk: no más distorsiones gratuitas ni tamborileos de loco. El siguiente paso fue identificar al auditorio con sus experiencias presentes. Y así se hizo, con creatividad.

Esta ola trajo consigo, además de una propuesta artística nueva, también nuevos términos: emo, por ejemplo, es un apócope de la palabra inglesa emotion (emoción, en castellano), usada también como prefijo de otros sustantivos de corrientes musicales (emo punk, por ejemplo); representa no sólo una moda, también el discurso de una generación, un estado emocional permanente e intenso, pero sutil y misterioso, que se mantiene siempre en el límite, ‘con el arco templado en el blanco’. Coincide, además, con el retorno de un espíritu postergado: la melodía. Nos recuerda en muchas de sus formas a los beatniks y quizá tiene un poco de esa melancolía con reminiscencias góticas de finales del siglo 19.

La moda, por su parte, definió el estilo. Optó por negar la tendencia iconoclasta que caracterizó durante muchos años al rock, y definió el nuevo estilo: cuanto más nerd (*) pareces, más atractivo resultarás, no necesitas romper tu guitarra ni untarte el torso con mantequilla para fascinar a tu auditorio. Términos como hard core o death metal ahora son meros arcaísmos. Ya no concebimos músicos sin peinado con raya al costado y con la misma expresión de Edward Scissorhands. Ahora no sólo deben tener oficio, sino también practicar mucho frente al espejo cómo mantener el rostro inexpresivo. Y conocer, además, la diferencia entre ser nerd y parecer nerd.

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(*) Significa 'ganso'. Se usa en el inglés para calificar a estudiantes aplicados o personas ingenuas.

2 Comentarios:

Blogger Susana dijo...

Mi querido Lover Spit, el mejor artículo que he leído de vuestra señoría. Me encantan esas primeras frases cortas que le dan al relato fluidez y fuerza. Así me gusta, my lover.
I miss you!
SUSANA

11:39 a. m.  
Blogger CÉSAR CASTILLO GARCÍA dijo...

Señora, gracias por vuestras palabras, en verdad me halagan.

1:13 p. m.  

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