martes, junio 19, 2007


Xanadu,
una valquiria en el Amazonas
Cuán impresionante puede ser Olivia Newton-John. Es casi un personaje literario. Mágica, más que real. La leyenda griega refiere que las ninfas nacen de la savia de los árboles antiguos. Ella, a su modo, abandonó las páginas de Cien años de soledad, dejó de ser un personaje de Gabo para desaparecer en el horizonte del camino hacia el fin de la vida, en las páginas de un gran arcano: el libro de la selva.

Siempre me pareció un misterio. Se expresa con exactitud incluso cuando no canta. Un halo la sigue y la rodea; ella lo percibe y se deja sentirlo. No dice nada; sus ojos dicen todo. Parece una niña; se desplaza como guiada por una especie de ritmo, fascinada. Es ingenua la mayor parte del tiempo; su personaje de 'Grease' no está muy alejado de una posible realidad. Olivia no es ninfa, es diva, eso es seguro.

Imagino a Max Born (1), abuelo de la intérprete, junto a Isaac Newton. Olivia los ha llamado. Tras la ingestión de algún soma, cruzó el umbral de la vida, y por alguna razón ahora estaban frente a ella. Trabajar en la Gran Mecánica junto al maestro es un honor, dijo Born refiriéndose a su amigo Newton, mientras Olivia se reconocía en cada facción del anciano. Extendió sus brazos hacia el abuelo pero lo único que extrechó fue un poco de vapor cuántico. Hopelessly devoted to you, dijo. Saberse partícipe del milagro de la vida es mejor que cualquier cielo, fue lo último en decir a la nieta antes de desaparecer. Y los shamanes que la rodeaban se fundieron con la Luna y los rugidos de la selva peruana.

Cuánto misterio encierra una canción: puede hacer inmortal a su intérprete. A little more love y Hopelessly devoted juntas pueden encerrar un gran mensaje. Nadie sabe; si combinamos el número de caracteres que componen sus títulos podríamos entrever ciertos códigos, y organizándolos según determinados patrones interpretar algunos mensajes. Pero nada de eso tendrá sentido. Seguirá siendo misterio. No obstante, para mí, el exacto camino por donde andará Newton-John en este momento, no lo es.

Seguramente recapitula.

Recapitulamos todo el tiempo. No sé cómo explicar. Olivia no sólo es linda por cómo mira, camina y canta; ella, como pocos de su generación, abandonó las tablas dejando parte de sí sin que nadie lo notara. Cantar era, definitivamente, una forma de olvidar... danzar.

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(1) Premio novel de física en 1954. Fue el primero en acuñar el término Física Cuántica.

1 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Sin duda Olivia una de las musas más hermosas y mágicas de la historia musical....

2:03 p. m.  

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