jueves, octubre 26, 2006

La fábula de mis escrituras
o tributo a la obra de Novalis
(continuación)
III

Acontecido el primer Gran Cataclismo, se consolidó en el consciente colectivo el uso del lenguaje articulado. Se erigieron grandes complejos arquitectónicos en honor a una Nueva Religión, y, a través de un lento pero constante proceso de ajuste continental, se configuró el actual semblante de la faz planetaria.
Cierto es que, entre hombres y mujeres, se acentuó un sentimiento de desarraigo, de oquedad. Hombres y mujeres anduvieron por el mundo, incompletos, desperdigados. La remota pero ahora tangible separación hombre-naturaleza produjo la necesidad de fusión atómica. Se instauró entonces, por tal motivo, el ritual del matrimonio como recordatorio de los anhelos de la especie. Habíamos asumido nuestra mortalidad y adquirido con ella habilidad para diseñar ingenios que hasta hoy nos permiten registrar nuestra forma, y asimismo, trascenderla más allá de la muerte.
El nuevo orden, la lecto-escritura del espacio, se estableció para dar luz a los nacientes ciegos de nuestro Sistema. Roturaron con ese objeto una Cúpula de signos, una especie de máquina de control moral sobre la especie, la llamada hoy Biblia, palabra proveniente del griego Biblos (puerto fenicio donde se fabricaría los folios que Alejandro Magno usaría para difundir conocimientos elevados y vitales como el Pentateuco –la Septuaginta- para fabricar, a través de alquimia, la Piedra filosofal y la Ambrosía). Su diseño debía ser fiel a la configuración del Cielo. Establecieron así, además de un Corazón para todos los mundos, un instrumento de gobierno de las Jerarquías sobre los seres humanos.
Algunos osaron estudiarlos sin el consentimiento de sus Vigías espirituales. Su audacia los condujo al error, de retorno a los mundos inferiores, donde hallarían la condenación de sus faltas. Registraron la mecánica en el Telar de las Primeras, el friso del pórtico que cruzarían los infelices si su deseo era alcanzar el perdón y corporizar nuevamente en el mundo humano.
En el curso de su derrotero, la sicostasia, amén de las complicaciones e itinerarios que debían transitar para retornar al mundo físico, eran juzgados por cuarenta y dos ministros; sus corazones eran medidos en el Salón de la Balanza mientras se juraban dignos de aprobación.
El libre retorno de sus almas dependía indefectiblemente de la sentencia de los jueces. En caso de desaprobación, Anubis arrojaba la célula vital del condenado para ser tarascada y deglutida por un abominable destructor híbrido, un ser reptilesco con melena leonina y manchas en el lomo.
Si era bendecido con la aprobación, Horus conducía el ánima hacia el último Cielo, donde le otorgaba la gracia de beber el Verbo divino. Los jeroglíficos, ­­­­números y caracteres se animaban en torno del alma acrisolada, los himnos y cánticos angélicos que debía practicar si su deseo era regresar al Amenti, allí donde se formulan los ingenios que sustentan a las Especies.
Finalmente, un guardián registraba el resultado del juicio en los Arcanos Universales. Su historia, la saga de nuestro avatar, comenzaría con el primer hálito de lucidez en el corazón del Arquetipo, el primer iniciado, hace aproximadamente doscientos años en una ciudad germana.
IV
El extinto lenguaje de los cristos y de los ángeles, patrimonio de quienes lograban la trascendencia, se revelaría por última vez a un joven bien educado y fino, de rostro delgado y pálido, y de ojos muy negros, que descendió a los textos de la nueva y definitiva Alianza y entrevió entre sus átomos la causa de su pasión por el Amor, el arcano fundamental de la Escuela de los Tiempos Alternos.

Aplicando los procedimientos señalados en las Escrituras, logró acrisolar con éxito el lenguaje de los Primogénitos.
Algunos fueron testigos de ese prodigio, pero su total comprensión seguiría siendo un enigma para ellos; su esperanza era que los Misterios se develarían el día que la asunción del entendimiento sea en ellos una realidad tangible.
Sabemos de él que ahora gobierna la geografía de Tiamat gravitando a la diestra del Señor Lunar, rodeado de poderosas Presencias etéreas.
Las señales en la noche nos indican que, desde su trono, evoca rítmicamente los Rostros de su Único Infinito. Quizá busque un atisbo de aquella blanca iridiscencia… o quizá serenar la vigilia de sus Hermanos…
Soñé con él, y hablamos; consultamos en los Registros del Universo las variantes de futuro o posibilidades alternativas dentro del destino o destinos, que, al fin y al cabo, estuvieron desde siempre grabados en el conciente colectivo como si fuesen varias puertas, opciones o derroteros en número finito preconocidos por Él y perfectamente congruentes con las leyes que forman y rigen el Universo.
Algo más pregunté, pero el señor Dios se negó a revelarnos mayor información.

3 Comentarios:

Blogger Rain (Virginia M.T.) dijo...

Tu poética signada por lo metafísico y el despliegue de un extraño misticismo marcan la identidad de tu blog.

salute.

1:20 a. m.  
Blogger Rain (Virginia M.T.) dijo...

César, estoy escuchando tu radio blog, que armoniza con tu bitácora...

:)

1:22 a. m.  
Blogger CÉSAR CASTILLO GARCÍA dijo...

Gracias Rain; estoy impresionado con tu página. El lenguaje tuyo ya está cuajado, no necesita nada, sólo el soporte físico.

2:47 p. m.  

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