viernes, marzo 24, 2006




Hallé la semejanza
La tierra del genio y su musa

Al final de sendero

Bajo la auroras boreales
Y las esferas

Abatido por cuanto se blandía

En su valle

La pía sombra del victorioso
Cirnió las aguas

Nada me vinculaba con el tiempo
Sentía frío y tenía un hueco en el estómago

Y fue dada mi última visión

Ese frío calándome los huesos

No era el pedestre y mortal que creemos padecer

Era un frío pétreo
Nocturno
De metal
Infinito

Y el boquete en mi estómago
No era sólo de hambre

5 Comentarios:

Blogger Rain (Virginia M.T.) dijo...

Sí, conozco ese boqute.

Cuando no hay boquete es porque se han ido los monstruos,,,


cálido salute.

1:30 a. m.  
Blogger El Piscuis dijo...

Al contrario me sucede, cuando hay boquete y frío innatural, los monstruos se avecinan. Preparo mis armas para la batalla.

2:14 p. m.  
Blogger CÉSAR CASTILLO GARCÍA dijo...

Épica. Es una historia escrita durante la noche sin distancia. En el universo de lo veradero. Diríase suprarreal. En ese momento tienes sólo dos opciones: luchar o dejarte perecer.

8:18 a. m.  
Blogger CÉSAR CASTILLO GARCÍA dijo...

El boquete de mi estómago no era solamente de hambre, sino también de una sed extraña...

9:44 a. m.  
Blogger El Piscuis dijo...

Siempre en la punta de la lengua y en la mente los versos de Almafuerte, mis preferidos, los de Piú Avanti...

7:57 p. m.  

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal