domingo, abril 29, 2007

Esteparia
Ruido frío es el de la soledad. Me abrasa. La soledad del mundo cabe en mí, en este subir de gradas. Subo.
Descanso a la mitad de la madriguera. Mi corazón desgraciado lame su olvido salado y cruel.

Olfateo el vaho de la araucaria. Llega hasta mis corvas. La ilusión pende de un hilo. Mi pelo erizado. Su terno nuevo, un cubil transitorio. Siento furia. Bajo esta cúpula terrestre la Humanidad necesita y sufre por no ser amada en los dos lados de la misma moneda.
Natalí Armas Barrantes

martes, abril 24, 2007



Necesito sacarme una nota excelente. El profesor me pone cero cinco sin considerar que he llorado toda la noche pensando en la angustia que siento en mi pecho.



Lo miro fijamente, araño su alma con mi risa sarcástica. Es la soledad que sangra entre mis piernas rojas de flor… la vida es sólo valoraciones, notas, competitividad, mercado libre… pero no hay libertad ni valor. Mi corazón se saca cero cinco, todos los días, todas las noches. No puedo aprobar el sentido de la vida.



¿Por qué no calificar mi alegría? Mi piel de fiera encubierta aguarda tras una minifalda que los hombres miran y desean. Aves de presa, no ven ni desean la soledad que llevo a cuestas. Soledad que me libera y apresura.



Por eso me escondo y mis alegrías se vuelven estepas. Mis ganas tremendas de amar paralizan mi ser. Vomito mi ser. Hago pedacitos mis ilusiones, mis esperanzas, mi risa.



Estudio hasta matar mis ganas de jugar. Me encierro en el ciberespacio, navego como una loca 400 minutos sin parar y no hallo en ningún blog el sentido de mi vida.



Nadie ha escrito nada sobre mí, sobre mi historia, sobre mis ganas de vivir, cada tarde, al salir, al regresar a casa.


Diciembre 26 del 2006

Natali Armas Barrantes

domingo, abril 15, 2007